En este artículo se explora la incorporación de los pueblos indígenas a los procesos de patrimonialización y turistificación en México y Chile. Ambos países tuvieron un desarrollo histórico diferente, incluso opuesto, respecto a su relación con sus pueblos originarios. No obstante, en los últimos años han coincidido en llevar a cabo políticas públicas de reconocimiento de ciertos derechos a la diversidad cultural. El uso cada vez más frecuente de las tradiciones, ceremonias, danzas, música y otras expresiones culturales indígenas por parte de la industria del turismo, contrasta con la falta de reconocimiento a sus derechos colectivos sobre sus territorios. La turistificación de las regiones indígenas es un ejemplo conspicuo que muestra la manera en que el multiculturalismo neoliberal en América Latina incorpora a los pueblos indígenas bajo ciertas premisas y condiciones, a la vez que los excluye bajo otras premisas y condiciones.