En el protocolo se establecen las normas y las prácticas comunitarias que se han configurado a lo largo del tiempo y que se conjugan con el marco jurídico y normativo internacional, nacional y local, en el pleno respeto de los derechos humanos. El proceso de elaboración del protocolo ha favorecido un proceso de auto adscripción del ejido de Marquelia como Comunidad Afromexicana, a partir de la identificación de nuestra historia, de nuestro territorio y de nuestros derechos. A partir del reconocimiento de nuestra identidad afromexicana, fortalecemos también la forma en que nos organizamos y resolvemos nuestros asuntos sociales, económicos, culturales y políticos. Consideramos de enorme relevancia elegir también la forma en la que protegemos nuestros recursos naturales, biológicos y genéticos, ya que son indispensables para nuestro desarrollo sustentable y a lo largo de décadas hemos visto cómo la falta de regulación interna para su aprovechamiento, ya sea por personas del ejido o externas, así como el desconocimiento de nuestros derechos sobre estos recursos y sobre nuestros conocimientos tradicionales asociados, han impactado de forma negativa la vida
que nos rodea y de la cual dependen todas nuestras actividades y nuestra subsistencia.
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